top of page

Orden y disciplina de la nueva creación (tomo 6)

(Nota: esta información en paréntesis es un agregado al texto original: Se le recuerda al lector que cada Ecclesia o clase bíblica de la Asociación de los Estudiantes de la Biblia es libre y autónoma, no hay una cabeza humana y solo respondemos a Cristo Jesús como líder, esta información solo presenta una serie de estudios bíblicos sobre como tratar diferentes situaciones en las Ecclesias o clases bíblicas de la Asociación de los Estudiantes de la Biblia. Cada iglesia es libre de estar de acuerdo o no con la información aquí presentada y puede tomar la una decisión diferente para solucionar algún problema. No necesitan pedir autorización de alguien más.)

Al considerar este asunto es conveniente que tengamos una idea clara de la unidad de la Iglesia, y mientras que toda la Iglesia en el mundo es única, sin embargo, en otro sentido de la palabra, cada conjunto o compañía individual de creyentes es una representación del todo. Por ello, cada Ecclesia individual debe considerar al Señor como su Cabeza y a los doce apóstoles como las doce estrellas brillantes, los maestros, a quienes el Señor sostuvo de manera especial en su mano y controló, usándolos como sus portavoces para instruir a su Iglesia en cualquier lugar, en toda reunión, a lo largo de esta edad

Aunque esté compuesta de solamente dos o tres miembros, en cada congregación o Ecclesia deben buscar reconocer la voluntad de la Cabeza con respecto a todos sus asuntos. Deben sentir una unidad con todas las estimadas ecclesias de “la misma fe” en el sacrificio de nuestro querido Redentor y en las promesas de Dios, dondequiera que sea. Deben estar deseosas de conocer su bienestar y reconocer el hecho de que el Señor, como supervisor de su obra, puede hoy en día, como también en cualquier periodo, usar algunos instrumentos especiales para el servicio de la Iglesia como un todo, así como también usar a ciertos miembros de cada pequeña compañía local. Acudiendo al Señor de esa manera y reconociendo el carácter de los servidores que él usaría (humildes, entusiastas, claros en la Verdad, dando evidencias de tener el untamiento y la unción del Espíritu) ellos estarían preparados para esperar dichos ministerios generales para las necesidades de toda la Iglesia, y buscar una participación en la bendición y dispensación del “alimento (espiritual) a su debido tiempo” que el Maestro nos prometió. También, ellos recordarán de manera especial cómo él prometió las bendiciones especiales al final de esta era y que él proporcionaría cosas nuevas así como también antiguas para la familia de la fe por medio de los canales apropiados de su elección (Mateo 24:45-47).

Los medios, los canales de estas bendiciones, el mismo Señor los supervisará y dirigirá. Todos los miembros del cuerpo unido a la Cabeza deben tener confianza y buscar el cumplimiento de sus promesas; pero no obstante, deben “probar los espíritus”, para probar las doctrinas, provengan de quien provengan. El poner a prueba no implica una pérdida de confianza en aquellos que son reconocidos como canales de la Verdad divinamente dirigidos, sino que esto implica una fidelidad al Señor y a la Verdad como algo superior a todos los maestros humanos y sus declaraciones; esto implica también que ellos no están escuchando la voz del hombre, sino la voz del Pastor Principal; que ellos se dan un banquete con sus palabras y las aman, “aman masticarlas y digerirlas”. Estos miembros del cuerpo crecen más fuertes y más rápidamente que los demás, en el Señor y en el poder de su fuerza, porque están más atentos a la guía e instrucciones del Señor.

Sin embargo, esta unidad general del cuerpo, esta afinidad general, esta enseñanza general a través de un canal general, que el Señor ha proporcionado para la reunión de sus joyas con él mismo durante su segunda presencia (Malaquías 3:17, Mateo 24:31), no interfiere con un reconocimiento apropiado del orden en cada una de las pequeñas compañías, o ecclesias. Por muy pequeña que sea la compañía, debería haber orden en ésta. Sin embargo, mediante esta palabra “orden” nosotros no queremos decir “frialdad” o “formalismo”. El orden que mejor y más satisfactoriamente funciona es aquel que funciona silenciosamente y del cual los mecanismos están fuera de la vista. No obstante, si la reunión fuera tan pequeña como tres, cinco o diez, deberían acudir al Señor para determinar su guía respecto de cuáles de ellos deberían ser reconocidos como ancianos, o más avanzados en la Verdad, teniendo las diversas calificaciones de un Anciano como ya las hemos visto esbozadas en la Palabra inspirada: claridad en la Verdad, aptitud para enseñarla, vida intachable con respecto al carácter moral, y habilidad de preservar el orden sin la innecesaria fricción, como podría estar ejemplificado en su familia, etc.

Si, de esa manera, la pequeña compañía tiene la Palabra y el Espíritu del Señor ante ellos y actuando sobre ellos, el resultado de sus opiniones conjuntas, como está expresado en una elección de servidores, debería ser aceptado como la opinión del Señor respecto del asunto, las personas elegidas como ancianos serían muy probablemente los mejores y los más apropiados en el grupo. Sin embargo, se debe tener cuidado de que tales elecciones no sean realizadas sin la debida consideración y oración, de aquí que es aconsejable que se haga el debido anuncio por anticipado, y que sea reconocido que solamente aquellos que sostengan ser miembros de la Nueva Creación (hombres y mujeres) intentarán expresar la opinión del Señor respecto del asunto, en el voto. Deberían haber tales que hayan pasado el punto de arrepentimiento por el pecado y restitución en la medida de su habilidad y aceptación del sacrificio del Señor Jesús como la base de su armonía con Dios; y quien, por lo tanto, haya realizado una completa consagración de sí mismo al Señor, y de ese modo haya estado sujeto a la unción y a todos los privilegios de la “casa de los hijos”. Estos son los únicos competentes para apreciar y expresar la opinión, la voluntad, de la Cabeza del cuerpo. Estos son los únicos que constituyen la Iglesia, el cuerpo de Cristo, aunque otros que todavía no han dado el paso de la consagración, pero que confían en la preciosa sangre, pueden ser considerados como miembros de “la familia de la fe” de cuyo progreso se tiene la esperanza, y cuyo bienestar debe ser considerado.
  • Negro del icono de YouTube
  • facebook-square

Asociación de Estudiantes de la Biblia en México

bottom of page